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Síndrome del túnel carpiano
¿Que es?
El síndrome del túnel carpiano una compresión del nervio mediano a nivel de la muñeca, en un túnel por el que transcurre el nervio junto a los tendones que flexionan los dedos de la mano. El aumento de la presión dentro de ese túnel por diferentes motivos puede producir la compresión del nervio. Se manifiesta como calambres o adormecimiento en la mano, en los dedos cuya sensibilidad es conducida por este nervio mediano: pulgar, índice, medio y mitad del dedo anular. También puede producir debilidad al tomar objetos pequeños, ya que da motricidad a algunos músculos de la mano esenciales para la realización de la pinza de precesión en el agarre.
¿Porqué se produce?
El túnel o canal carpiano es un conducto inextensible formado por un ligamento como techo y los huesos pequeños de base de la mano como piso, por donde pasan los tendones que flexionan los dedos y el nervio mediano (Fig. 1). En ciertas ocasiones, el engrosamiento de los tendones irritados u otras inflamaciones locales estrechan este espacio limitado, comprimiendo así al nervio mediano. No se debe generalizar a cualquier dolor en la mano como síndrome de túnel carpiano, ya que puede deberse a otras condiciones, pero sin embargo, el síndrome del túnel carpiano es la compresión nerviosa más común
El síndrome del túnel carpiano ocurre a causa de una combinación de factores que aumentan la presión dentro del túnel. No se trata de un problema del nervio propiamente dicho. Puede haber una predisposición congénita (túnel carpiano angosto), traumatismos o lesiones en la muñeca que causan hinchazón (torceduras, fracturas), trastornos hormonales que producen retención de líquidos, artritis reumatoide, uso repetido de herramientas manuales de vibración, retención de líquido durante el embarazo o la menopausia, o el desarrollo de un quiste en el túnel carpiano. Sin embargo, la mayoría de las veces se desconoce la causa que lo produce.
El riesgo de padecerlo es tres veces mayor en mujeres que en hombres.
¿Qué se siente?
Los síntomas generalmente comienzan gradualmente y se manifiestan con sensaciones de calor, calambre, adormecimiento, hormigueos o entumecimiento en los dedos, especialmente del pulgar y de los dedos mayor, anular e índice. En general los síntomas se manifiestan inicialmente durante la noche, en una o ambas manos. Esto puede interrumpir el sueño sintiendo una necesidad de “despertar” su mano sacudiéndola. Con el paso del tiempo los síntomas comienzan a sentirse durante el día. En algunos casos ya no puede distinguirse el frío y el calor a través del tacto. Puede ocurrir cierta dificultad para realizar tareas delicadas con la mano (coser, abrochar botones, cerrar llaves), y en casos crónicos y/o sin tratamiento, los músculos de la base del pulgar pueden debilitarse o atrofiarse.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
El diagnóstico y tratamiento tempranos son importantes para evitar daños permanentes al nervio mediano. Un interrogatorio cuidadoso y un examen físico detallado de la sensibilidad, la fuerza y algunas pruebas específicas orientan al médico hacia el diagnóstico preciso. Las pruebas rutinarias de laboratorio y las radiografías pueden indicar si hay diabetes, artritis y fracturas. Puede ser necesario confirmar el diagnóstico por medio de un electromiograma, para evaluar la conducción nerviosa y confirmar el sitio de compresión. Otros estudios, como una ecografía o la resonancia magnética sólo se indican en casos especiales.
¿Cómo se trata?
El tratamiento debe instaurarse cuanto antes, comenzando por las enfermedades de base, si es que están presentes. Como primera medida se indica en general reposo de la mano y de la muñeca afectadas y la utilización de una férula para evitar posiciones forzadas de la muñeca que pudieran empeorar la compresión del nervio, así como el aprendizaje de patrones de uso de la mano. Las férulas de reposo de uso nocturno pueden ser de beneficio, en especial cuando las manifestaciones de noche son incapacitantes. La aplicación de frío local puede disminuir la inflamación, si la hubiera. Se utilizan antinflamatorios para aliviar los síntomas. La vitamina B puede disminuir también la sintomatología. Los corticoides, inyectados en la muñeca o injeridos vía oral, pueden contribuir a disminuir la presión en el canal carpiano. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ser beneficiosos, supervisados por un fisioterapista. En cuanto al tratamiento por cirugía, se recomienda generalmente si los síntomas no mejoran con los tratamientos previos. La operación tiene como objetivo descomprimir el nervio mediante la sección del ligamento que forma el techo del túnel (Fig. 2). Puede realizarse por una técnica abierta o por otra endoscópica, con una incisión menor. Ambas tienen resultados similares a largo plazo.
Aunque los síntomas se pueden aliviar inmediatamente después de cirugía, la recuperación total del túnel carpiano puede tomar meses y hay casos operados en quienes los síntomas no desaparecen.
Le sugerimos consultar con su cirujano el mejor tratamiento para usted.
Esta información es un servicio de la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano para la mejor comprensión de las patologías por parte de los pacientes . No pretende ser una guía de tratamiento entendiendo que de ninguna manera reemplaza ni sustituye la consulta oportuna al especialista. La información suministrada se basa en la literatura médica y ha sido modificada con fines didácticos por especialistas de cirugía de la mano de la AACM.
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