Las patologías congénitas de la mano
Publicado el 19/8/2014
Madrid, 19 jul (efesalud.com). La doctora Marta Guillén Vicente, de la Clínica CEMTRO, nos recibe en su consulta de traumatología para hablarnos de las patologías congénitas de la mano: más de cinco dedos, dedos pequeños, dedos pegados o deformidades en los dedos, "minusvalías singulares que acompañarán a las personas afectadas durante toda su vida".
Estos déficits futuros en las manos, "de tipo funcional o de tipo estético", generan grandes preocupaciones en el paciente y en sus progenitores, por lo que es conveniente "consensuar las cirugías más adecuadas" con los especialistas para evitar "repercusiones graves" en los niños y, en mayor medida, en los padres.
Las patologías son muy variables, pueden ser bilaterales -en ambas manos- y venir acompañadas de otros síndromes congénitos "que se deberán estudiar meticulosamente". Las más habituales serían:
Polidactilia. Nacer con más de cinco dedos, normalmente un sexto. No suele afectar a la salud por condicionantes genéticos.
Sindactilia. Fusión de dos o más dedos entre sí. Puede ser simple, cuando afecta a los tejidos blandos, y compleja, cuando la unión implica huesos u uñas.
Hipoplasia. Desarrollo incompleto de los dedos, habitualmente el pulgar, que cumple un 50% de la función de la mano.
Clinodactilia. Desviaciones radiales de los dedos, sobre todo del dedo meñique en ambas manos.
Camptodactilia. Deformidad con limitación de extensión de los dedos, básicamente en el dedo meñique, que puede avanzar con el crecimiento del niño.
Las cirugías pueden devolver la función completa a la mano, pero no se deben practicar "en fases precoces del desarrollo del bebé, hasta el año de vida desde su nacimiento", señala la traumatólogo.
"No se puede poner en riesgo la vida del niño y es mejor esperar a que su cuerpo tenga los anticuerpos necesarios para hacer frente a la intervención quirúrgica. Además, los cirujanos tendremos un campo de trabajo adecuado en unas manos más formadas", razona Marta Guillén.
Las cirugías consistirán en separar los dedos unidos, en alargar los dedos cuando sean más cortos o en reconstruir o dotar a la mano de dedos, sobre todo de pulgar.
"Si hay ausencia de dedos, se pueden efectuar transferencias de dedos de la propia mano o de los pies (frecuentemente el segundo dedo del pie). El pulgar es el dedo que nos da la función de oposición, con el que se consigue hacer la pinza y realizar la mayor parte de las acciones de la vida diaria", explica.
Para la doctora, "es muy importante" entrar en contacto con centros especializados en el tratamiento quirúrgico de patologías congénitas de la mano, ya que "son poco frecuentes y hoy en día tenemos que ser exigentes, sobre todo cuando hablamos de niños".
"Un joven del mañana, que en su día tuvo que ser operado para corregir una patología, realizará las funciones de la mano bastante mejor de lo que podamos imaginar de inicio, al no haber conocido otro tipo de mano", concluye Marta Guillén.
Reportaje sobre las hermanas Guillén operando una mano: http://goo.gl/7gLYuo
Todos los vídeos de traumatología: http://goo.gl/3U9N37
Más vídeos y reportajes en http://www.efesalud.com/
Estos déficits futuros en las manos, "de tipo funcional o de tipo estético", generan grandes preocupaciones en el paciente y en sus progenitores, por lo que es conveniente "consensuar las cirugías más adecuadas" con los especialistas para evitar "repercusiones graves" en los niños y, en mayor medida, en los padres.
Las patologías son muy variables, pueden ser bilaterales -en ambas manos- y venir acompañadas de otros síndromes congénitos "que se deberán estudiar meticulosamente". Las más habituales serían:
Polidactilia. Nacer con más de cinco dedos, normalmente un sexto. No suele afectar a la salud por condicionantes genéticos.
Sindactilia. Fusión de dos o más dedos entre sí. Puede ser simple, cuando afecta a los tejidos blandos, y compleja, cuando la unión implica huesos u uñas.
Hipoplasia. Desarrollo incompleto de los dedos, habitualmente el pulgar, que cumple un 50% de la función de la mano.
Clinodactilia. Desviaciones radiales de los dedos, sobre todo del dedo meñique en ambas manos.
Camptodactilia. Deformidad con limitación de extensión de los dedos, básicamente en el dedo meñique, que puede avanzar con el crecimiento del niño.
Las cirugías pueden devolver la función completa a la mano, pero no se deben practicar "en fases precoces del desarrollo del bebé, hasta el año de vida desde su nacimiento", señala la traumatólogo.
"No se puede poner en riesgo la vida del niño y es mejor esperar a que su cuerpo tenga los anticuerpos necesarios para hacer frente a la intervención quirúrgica. Además, los cirujanos tendremos un campo de trabajo adecuado en unas manos más formadas", razona Marta Guillén.
Las cirugías consistirán en separar los dedos unidos, en alargar los dedos cuando sean más cortos o en reconstruir o dotar a la mano de dedos, sobre todo de pulgar.
"Si hay ausencia de dedos, se pueden efectuar transferencias de dedos de la propia mano o de los pies (frecuentemente el segundo dedo del pie). El pulgar es el dedo que nos da la función de oposición, con el que se consigue hacer la pinza y realizar la mayor parte de las acciones de la vida diaria", explica.
Para la doctora, "es muy importante" entrar en contacto con centros especializados en el tratamiento quirúrgico de patologías congénitas de la mano, ya que "son poco frecuentes y hoy en día tenemos que ser exigentes, sobre todo cuando hablamos de niños".
"Un joven del mañana, que en su día tuvo que ser operado para corregir una patología, realizará las funciones de la mano bastante mejor de lo que podamos imaginar de inicio, al no haber conocido otro tipo de mano", concluye Marta Guillén.
Reportaje sobre las hermanas Guillén operando una mano: http://goo.gl/7gLYuo
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